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Ópera Omina

Juan Manuel D. Serna, 1995. Rapsoda.

 

Prelude

¿Que es más real, aquello que un día

Vimos o las imágenes que la memoria

en la mente despierta para saber qué somos?

Charles Tomlinson

 

Memoria: El creador, el papel y el óleo.

 

       Overture

       Acercarse a la obra de Julio Villalva es una apelación a la memoria. Es, lo queramos o no, sentarnos frente al espejo y ver la otra parte de nosotros que negamos ¿Qué es entonces lo que hace de lo olvidado, de lo inanimado algo vivo?

 

       Credenza

       Hay que decirlo: todo muñeco re-presentación de lo humano carece de vida hasta que otro cuerpo lo toma, lo hace su muñón. Esto lo sabe muy bien Villalva que con sentido mítico-religioso lo plasma en sus cuadros.

 

       Julio Villalva, eterno buscador de almas, nos a-sombra y nos hace sombra a través de su juego con la paleta cromática, somos cómplices y partícipes. Nos provoca. Toca lo más íntimo para hacernos prometeos suspendidos en nosotros mismos y, como creador nos proporciona La cuerda: ¿Seremos capaces de alcanzar un Corazón? ¿En dónde quedaron nuestros ojos, en qué Plegaria se perdieron? ¿Hay que buscar A los pies de la Virgen un Crepúsculo para encontrar la Levitación Temprana? ¿Es real todo esto o es la memoria que juega al espejo? ¿Quién lo sabe?…

 

       Intermedio

       Toda búsqueda de Villalva se hace colectiva en Ópera Omina. Al divertirse nos divertimos. Al angustiarse nos angustiamos. Al encontrar respuestas nosotros también las tenemos. El asombro se comparte. Hay un requisito: dejar que el cuadro te invada.

 

       Finire

       ¿No seremos, acaso, nosotros Voyeurs de su obra, un cuadro más de la serie de Villalva? Tal vez, lo que sí es seguro es que cada cuadro es un presagio que en la medida que lo observamos una y otra vez, nos redime.

 

Recuerda los ojos que te vieron,

Las voces que temblaron por ti.

C. P. Cavafis

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